Antonio Luque Espejo nació en Córdoba en 1973, hijo del cantaor Antonio de Patrocinio, del que le viene el nombre artístico. Desde pequeño empieza a aprender la guitarra con Juan Muñoz “El Tomate” y después en la Academia de bailes y guitarra de Concha Calero y Merengue de Córdoba.
Antonio de Patrocinio hijo comienza acompañando a su padre y después a muchos cantaores cordobeses como Rafael Ordóñez, “El Chaparro”, “El Séneca” o “El Califa”, entre otros. A partir de ahí le llama “El Pele” con quien trabaja durante varios años y consigue dos años consecutivos el Premio El Taranto de Almería. Viajó también con la compañía de Luis de la Carrasca por varios escenarios internacionales. Y hasta el día de hoy sigue actuando en los festivales y eventos más importantes de España.
Esta noche acompañará a Pedro “El Granaíno” en el Teatro Principal de Zamora donde ya han colgado el cartel de entradas agotadas. Hemos tenido oportunidad de hablar muy brevemente con él.
¿Por qué elegiste la guitarra?
Pues porque en mi casa, mi padre es cantaor, a mí se me da muy mal cantar y entonces escogí la guitarra. Fui a la Academia de Juan Muñoz “El Tomate” y Merengue después.
Sales muy contento siempre cuando ves que al público le ha gustado, pero siempre te paras a pensar en los fallos que has tenido, que a lo mejor no los ha habido, pero lo piensas.
Pedro “El Granaíno”…
Es como un hermano, para mí es el mejor, pero no solamente como cantaor, también como persona, fuera del escenario es una persona entrañable. Te da energía, hay veces que estás apagado y te da alegría.
¿Cuántas guitarras tienes?
Pues creo que 7 u 8, pero la que más llevo es una guitarra de José Rodríguez, un constructor de guitarras de Andújar afincado en Córdoba.
¿Cuántas horas le dedicas al día?
Hay días que ninguna y hay días que 10, es que depende del momento, pero hay algunas veces que no la quiero ni mirar, me dan ganas de echarla a la candela, todo tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Hay veces que tú coges la guitarra y no eres capaz de hacer nada porque no te sale, claro no es culpa de la guitarra es culpa de uno mismo, que no son todos los días iguales.
A lo mejor es que te exiges mucho…
Pues sí puede ser, soy muy autocrítico. Por ejemplo, después de cada actuación, siempre buscamos los fallos, no lo que hemos hecho bien, sales muy contento siempre cuando ves que al público le ha gustado, pero siempre te paras a pensar en los fallos que has tenido, que a lo mejor no los ha habido, pero lo piensas.
Tu recuerdo más bonito en el escenario.
Tengo muchísimos, pero uno de los más bonitos fue la primera vez, cuando subí con mi padre, que es cantaor y eso fue algo muy entrañable.
¿El mejor consejo que te han dado?
Que disfrute tocando la guitarra, y cada vez que me subo a un escenario es lo que hago.
¿Qué te hace mantener la ilusión por tu profesión?
Pues ver que el público responde, al final lo que hacemos, lo hacemos por eso. Porque tu puedes disfrutar, pero si no hay respuesta de un público ahí se acaba todo.
¿El flamenco es una profesión o es una forma de vida?
Es una profesión.
¿Cuál es tu palo?
Me encanta la soleá
¿A quién te hubiera gustado tocarle?
A Camarón
¿En quién te fijas?
En Paco de Lucía.
Entrevista realizada por Estefanía Regalado para Foro Flamenco Zamora