Entrevista a Diego del Morao

Diego Moreno Jiménez, uno de los mejores guitarristas flamencos de este momento, nos visitó en el Teatro Principal de Zamora el pasado jueves 3 de febrero. Acompañando con su guitarra la voz de Israel Fernández, ambos nos regalaron una noche de flamenco que aún saboreamos.

Diego del Morao, hijo mayor del gran Moraito Chico ha crecido entre clavijeros, trastes y cajas de resonancia, en Jerez de la Frontera. Empezó desde muy joven a subirse a los escenarios acompañando ya a grandes figuras consagradas en el flamenco, y no ha dejado de hacerlo desde entonces, alternándolo con actuaciones en solitario. En 2010 graba su primer disco en solitario, “Orate”, pero participa en la grabación de otros muchos, colaborando con diferentes artistas.


Le hemos pedido hacerle unas preguntas y ha sido muy amable accediendo, además nos ha demostrado que tiene ritmo hasta en el hablar.

¿Cómo eliges una guitarra?
Eso es una lucha, una pelea siempre. La guitarra está viva y hay que buscar un equilibrio. Una guitarra en un clima húmedo se comporta de una manera, en un clima seco de otra, hay guitarras que sirven para acompañar más que para tocar solo… Además conforme he ido cumpliendo años, he ido buscando una guitarra más cómoda. Cuando era más joven tocaba guitarras que eran más ásperas, más duras y ahora voy buscando la comodidad, una guitarra que me deje expresar. Es difícil encontrar una guitarra equilibrada que le venga bien a tu manera.


Lo más importante es que afine bien, que te deje expresar, que sea cómoda, y ya el sonido, pues hay gente que prefiere que tenga mucho volumen, pero yo no necesito que tenga tanto volumen sino que suene bonito, agradable. Es algo que también he cambiado con la edad, al principio quieres que suene mucho. Ahora es muy importante para mí que sea cómoda, pero antes que nada, que sea una guitarra de calidad, que afine bien en todos los sitios, que cuando coloque la cejilla o la cambie no tenga que llevarme en el escenario un rato afinando, y me ponga nervioso. Necesito una guitarra que sea fiel.

¿Te pones nervioso antes de actuar?
Yo me pongo muy nervioso y muy mal, y eso va a peor. Yo lo hablaba con el maestro Paco y se lo preguntaba, y él me decía que eso no se curaba, que iba a peor y cuanta más responsabilidad, más nervioso, más preparación. Cuando tú al principio sales a jugar, a divertirte, eso va cambiando, la responsabilidad y el compromiso con el público hace que eso sea cada vez más duro y hay que estar más preparado para que esa responsabilidad no te coma, o como decía Paco: “que no se te note”.

¿Tienes alguna rutina antes de subirte al escenario?
Soy muy maniático. Antes me daba igual. Recuerdo con el Cigala, al principio de la gira, de verdad, sin calentar sacaba la guitarra de la funda y me ponía a tocar, y además la que fuera, cualquier pieza de mi disco sin problemas.

Eso se acabó, ahora me gusta llegar muy tempranito al camerino, estar tranquilo y como siempre tengo las manos frías me llevo siempre un calentador de casa, me lo pongo en el teatro, me tomo algo calentito…

¿Qué destacarías del toque de acompañamiento y del toque en solitario?
A mí me gusta mucho acompañar, me siento muy cómodo porque me gusta el cante, el ritmo, me divierto mucho con el ritmo. Acompañando sólo hay que asumir tu rol de saber lo que necesita el cantaor y dárselo. El triunfo del cantaor es el triunfo de uno y esa energía cuando hay química entre el cantaor y el guitarrista eso se nota y todo fluye.

Cuando está uno solo la responsabilidad es mayor y ahí no tienes a nadie. Cuando estás tocando para el cante no es que te puedas relajar, pero sí dejar caer un poco la responsabilidad al cante. Tú estas ahí detrás dándoselo para que él esté cómodo, pero estás ahí un poquito detrás. Pero cuando estás solo eres tú el protagonista y aumenta la responsabilidad, y también la recompensa es muy bonita cuando las cosas medio salen bien, el final del cuento yo creo que todavía es más potente cuando uno toca solo y cuando el teatro lo llenas tú.

¿Qué supone para ti ser hijo de quien eres y dedicarte también a este arte?
Lo he dicho muchas veces, he tenido mucha suerte en ese sentido, se me han abierto muchas puertas porque a mi padre le han querido mucho en el flamenco. No he tenido que competir, salí siendo el hijo del Morao y empecé ya con primeras figuras, empecé con la Macanita. No tuve que irme a un tablao, ni tuve que tocar muchos años para bailar. Tuve la suerte de estar desde el primer momento acompañando a grandes artistas y aprendiendo de ellos y tocar en escenarios bonitos desde que era muy jovencito y no se me trató mal, ni siquiera la crítica, aunque alguna vez me han dado, como a todo el mundo.

¿Recuerdas alguna crítica que te haya dolido especialmente?
Bueno, un poquito para el pelo me han dado, pero yo me siento muy bien, sobre todo por el público que sabe cuál es mi manera, toco como soy, lo que puedo y una de mis armas es quizás que intento no impostar tocando.

Pero recuerdo una bienal cuando estuve en el espacio Santa Clara que toqué muchos temas, además recuerdo tocarlos con precisión, que la gente disfrutó y toqué como yo, a mi manera. Y esa sí me dolió porque recuerdo que pensé que no iba a tocar mejor en mi vida y mira cómo me han puesto. Me dijeron que había tocado mucho por bulerías, y ¿qué voy a tocar?, toco lo que siento. Es verdad que en mi repertorio incluyo muchos temas rítmicos pero es como yo soy y como yo lo siento. Intento emocionar y utilizo mis armas para llegar al público. No creo que se deba valorar a un artista sólo por sus aptitudes como si fuéramos un coche, cuantos más extras, más caro es. No creo que sea así, tú lo que tienes que hacer es sentarte ahí, convencer e intentar emocionar y ya está. Yo intento hacerlo con mucha honestidad, eso sí, que cada vez me cuesta más y entiendo que es una responsabilidad cada vez más grande y no hay que dejar la guitarra de la mano, pero tampoco me voy a amargar la vida. Yo quiero vivir con la guitarra a mi lado pero no para y por la guitarra. Ese sacrificio extremo hasta se hace enfermizo y tampoco lo entiendo. Y muchísimo menos para agradar a un crítico que esté sentado ahí en frente. Yo quiero que el teatro disfrute y caer bien como persona, prefiero eso a que un crítico me ponga que soy la reencarnación de Bach.

¿Tocas todos los días?
Intento, pero me cuesta más trabajo ya ser disciplinado y también ahora ponerse ya a estudiar técnicas… Si no lo has estudiado ya cuando eres más joven no creo que ahora ya vayas a dar un cambio. Hay una edad que es cuando hay que darle fuerte y luego ya hay que estar encima de la guitarra, siempre estudiando pero yo creo que ya a partir de los 30 tú eres ya un músico con una personalidad y tienes que estar 3 veces más preparado que antes, con más responsabilidad, pero no creo que ya vayas a dar un cambio muy drástico en tu manera de tocar, no creo que le venga bien ni al cuerpo, ni a la mente.

¿Qué me dices de Israel?
Como persona es increíble, consecuente con su arte, enamorado del flamenco a muerte. Está claro que le gusta y eso se ve reflejado en los teatros y en la gente que va a verle. Está haciendo algo muy grande y muy bonito con el flamenco, llegando a gente joven desde un flamenco ortodoxo y tradicional, eso es muy difícil y hacía mucho tiempo que no lo veíamos.

¿Y a la hora de acompañarle?
Yo entiendo que de cara al público hay que ser honesto y hay que estudiar y hay que llevar las cosas preparadas. Pero a la hora de salir al escenario Israel también tiene una cosa que me encanta, da mucho margen a la improvisación, yo creo en eso. No sabes lo que va a pasar hasta que no te subes y así es como son los artistas que a mí me gustan, tiene que haber vértigo en el escenario.

¿Eso no es más complicado para ti a la hora de acompañar?
No, para mí es más divertido. Lo que me gusta es que cada día pase algo distinto, que yo esté en el escenario alerta porque no sé lo que va a pasar. Prefiero eso y fallar, a salir con los temas perfectos y estar más pendiente a no cometer ningún fallo. Que me suceden las dos cosas, pero prefiero el vértigo de no saber lo que va a pasar. Creo que Israel comparte eso conmigo, no es que estemos relajados, es que nos estamos divirtiendo porque ni yo se lo acompaño como siempre, ni él lo canta tampoco como siempre y eso es bonito.

Muchas gracias por este ratito, que vaya todo muy bien Diego.
Gracias.

Entrevista realizada por Estefanía Regalado para Foro Flamenco Zamora