Israel Fernández, cantaor flamenco natural de Corral de Almaguer (Toledo) vuelve a Zamora, al Teatro Principal, acompañado a la guitarra por Diego del Morao.
Israel es una figura del cante flamenco con un carisma muy especial tanto en su arte como en su persona. Viéndole y escuchándole se podría decir que el flamenco es algo que le nutre, lo procesa y nos lo ofrece mezclado con su corazón y con un gusto que quizás sea el motivo de la forma en que atrae a un público ya aficionado al flamenco y a personas que empiezan a disfrutar de este arte escuchándole a él. Su último disco “Amor” acompañado también a la guitarra por Diego del Morao ha sido nominado a los Grammy Latinos y además ha ganado el premio Odeon al mejor álbum de flamenco. Con motivo de su nueva visita a Zamora le pedimos que nos atendiera unos minutos y ha tenido la amabilidad de aceptar y responder nuestras preguntas.
Israel ¿qué es el flamenco para ti?
Es una pregunta que tanto me han hecho… El flamenco es tanto, que no lo puedo contestar de la misma manera, siempre me hace pensar. El flamenco es mi salvación, es mi refugio, mi salida, mi libertad.
¿Eres más de escuchar o de cantar tú?
Es un 50/50, canto y escucho mucho, escucho, y si me gusta alguna melodía lo paro y lo canto yo
¿Cómo se llega a tener tu propio estilo?
Se llega escuchándote a ti mismo, escuchando a tu corazón, haciéndolo así es cuando uno está haciendo lo que es él mismo.
Uno ya tiene éxito cuando se levanta por la mañana con salud y mira al sol.
¿Cómo se prepara un recital?
Depende de cómo esté físicamente, psicológicamente, del día que haya tenido… Después uno se va inspirando dependiendo del público, del momento del concierto…
Traigo ya los palos que yo utilizo siempre, mis cantes por bulerías, por tangos, mis fandangos, en fin, los palos que suelo hacer. Después ya las letras, a veces hago unas u otras y ya lo que me venga. Lo que no repito es la melodía, o la forma, no es a, b y c, unas veces es cb, a veces bc o ac, una locura. Lo importante es que tú no te sientas mal contigo mismo, que hayas dado tu corazón por entero.
¿Tienes algún ritual antes de subirte al escenario?
No, la verdad que no. Tengo nervios de respeto al público. Suelo estar en mi camerino, tranquilo, mirar a lo mejor algún cante con Diego, pero no tengo ningún ritual.
¿Cómo surge lo de hacer el último disco con él?
Surge de una manera natural. Hicimos un concierto, no recuerdo muy bien donde fue el primero. Congeniamos muy bien musicalmente y de ahí pues ya empezamos a hacer cositas juntos y ya después hicimos el disco.
¿Qué importancia le das a día de hoy al hecho de grabar un disco?
Un disco es tu música, que se queda para toda la vida. Es tu forma de sentir, siempre y cuando lo hagas con mucha verdad. Del primer disco que yo grabé a este, hay un mundo, porque uno va aprendiendo, viviendo y cada vez está en un momento diferente. Creo que un disco es muy importante para uno mismo y para llegar al público por supesto, para que identifiquen tu forma de sentir.
El disco es el patrimonio del artista.
¿Cómo se lleva el éxito?
Uno ya tiene éxito cuando se levanta por la mañana con salud y mira al sol.
Después, el éxito de la fama… yo lo llevo cada vez con más respeto y con la presión de que uno cada vez se requiere a él mismo más cosas.
¿Con quién te gustaría compartir cartel alguna vez?
Hay muchos artistas a los que admiro muchísimo, no sé, por ejemplo se me ocurre con el maestro Juan Luis Guerra. Es un monstruo, lo que escribe y su forma de cantar y sentir, pues me parece una bendición.
¿Cómo se hace un” flamencoabrazo”?
Un “flamencoabrazo” se hace con mucha flamencura, con alegría, con pasión, con verdad. No es un abrazo de esos que se dan como el que tiene un tío en Alcalá.
Es un abrazo con arte.
Muchas gracias por atendernos Israel, un “flamencoabrazo” para ti.
Gracias a vosotros.
Entrevista realizada por Estefanía Regalado para Foro Flamenco Zamora