Entrevista al cantaor Manuel Castulo

Manuel Rodríguez Gallardo, más conocido como Manuel Cástulo dentro del mundo del cante, nace en Mairena del Alcor, cuna de grandes cantaores. En su familia cuenta con el ejemplo de grandes aficionados, como su tío Francisco Cástulo, que ya desde muy pequeño le hace sentirse atraído por el flamenco.

El próximo viernes 2 de julio de 2021 podremos disfrutar de nuevo en Zamora de su cante sobrio y profundo, dentro del ciclo “Los Viernes Flamencos del Ramos”. Y ha tenido la amabilidad de charlar un ratito con nosotros.

¿Qué opinión te merece el público zamorano?

Me sorprendió gratamente ya desde la primera vez, porque no todos los públicos asimilan el cante jondo, el cante por derecho, y en Zamora hay muy buenos aficionados que saben y entienden el flamenco. No me esperaba que gustara tanto el cante allí.
El público guarda un respeto que yo valoro mucho porque lo importante de decir “ole” a un cantaor es saber decirlo a tiempo, y en Zamora es así. El público es muy respetuoso y después hablas con los aficionados y saben muy bien lo que han escuchado, lo que está mejor y lo que está peor.

Me gusta alimentarme de todo eso bueno que tiene cada uno y llevármelo a mi terreno, es como lo veo yo. Un cantaor tiene que tener su propia personalidad, no vale ser un imitador.

Esta vez te acompaña a la guitarra Antonio Carrión. ¿Qué necesitas del guitarrista que te acompaña?

La clave de estos artistas está en transmitir, que te abran el camino y que te inspiren y te pongan en el sitio. Se puede ser muy técnico y muy virtuoso pero además hay que transmitir. Y Antonio para mí es uno de los grandes guitarristas del momento, porque me ilumina y me abre el alma para yo inspirarme. Y además a la hora de acompañar Antonio es un gran artista que le da su sitio al cantaor y que sabe entender el cante, eso es muy importante. Para ser un buen guitarrista de acompañamiento tiene que ser buen aficionado al cante.

Fotografía Miguel Guerrero

¿Con qué palo te sientes más agusto?

Esto depende mucho del momento en que te encuentras y la situación anímica, pero, sobre todo, los cantes que siempre se han hecho en mi tierra, cantes más serios, como la soleá, la seguiriya, los tientos y las tonás, la saeta…
Después hay veces que ya en el escenario te inspira cantar por alegrías, tangos o fandangos, depende mucho del momento.
Me gusta tener preparada siempre más o menos la actuación, pero casi siempre ya en el escenario se hace algún cambio sobre la base de lo que tenía pensado cantar. También pienso que en todos los sitios no gusta lo mismo, por eso creo que el cantaor tiene que tener un amplio repertorio para saber darle al público de cada zona lo que más le gusta.
Pero como te digo, me gusta llevar preparada siempre la actuación aunque casi siempre hay cambios sobre la marcha, también por ejemplo cambiar letras, tercios que a lo mejor tienes pensado hacer, por ejemplo por soleá, un tercio de Alcalá y de Lebrija y después lo mejor no lo haces y haces uno de Jerez y otro de Utrera, todo esto puede pasar.

¿Cómo empezaste en el flamenco?

Yo empecé porque mi tío Francisco muy aficionado al cante aquí en Mairena donde el cante siempre ha sido un sello de identidad. Aquí siempre ha habido muy buenos aficionados y muy buenos cantaores antes de Antonio Mairena, pero no había la difusión que puede haber ahora.
Como te iba diciendo desde que era un chaval iba con mi tío al cante, a los festivales, y mi tío Francisco que canta muy bien por soleá y por seguiriyas se ponía también con nosotros a cantar en reuniones de amigos y familia. Y por ahí empezó a gustarme lo del cante, me enganchó, me cautivó y empecé a escuchar más y con 18 o 19 años que ya estaba algo más preparado empecé a presentarme a concursos.

Y has ganado unos cuantos…

Pues la verdad que muchos, muchos. En lo referente a los concursos he sido uno de los que tienen más premios. Era raro el año que no ganaba 4 o 5 primeros premios. Y tengo mucho que agradecer a los concursos porque han sido gran parte de mi formación en el flamenco, además creo que hacen una gran labor porque te obligan a aprender los cantes, y gracias a eso también tengo un gran repertorio de cantes, porque en muchos te piden algunos que no son muy habituales de hacer.
Y, por otro lado, cuando yo doy al salto y me hago profesional fue después de ganar el Nacional de Córdoba, que estaba de presidente del jurado Fosforito. Gracias a ese concurso que yo creo que es el más importante ya empiezo a actuar en salas y en teatros y gracias a dios pues no me ha faltado, a pesar de los años que estamos viviendo tan malos.

Has grabado ya 3 discos, ¿cómo es esa experiencia?

Es diferente, el momento de la grabación y en un estudio es una cosa fría, porque tu estás en un sitio con los cascos y el guitarrista en otro sitio… pero la sensación que te queda es que es algo que se hace con mucha ilusión, hoy en día un disco no es como antes que no había las plataformas digitales. Hoy no se hace para ganar dinero, sobre todo en el flamenco, el disco hoy en día no es más que una carta de presentación del artista, así la gente también va viendo la evolución, lo que eres capaz de ofrecer, de aportar.
Para mí es muy importante, no coger 4 o 5 cantes y llevarte 20 años haciendo lo mismo, siempre ha habido cantaores que siguen esa línea, pero no es mi caso. Yo creo que el artista si de verdad es un apasionado de este arte tiene que ir renovándose y seguir estudiando. De seguir rebuscándose por dentro para ir aportando y sacar su propia personalidad.
Y eso no es que lo vea así, es que lo necesito, necesito rebuscarme para poder expresar lo que tengo dentro, siempre a través del estudio.

Fotografía Carmelo Camilo

¿A quién admiras?

Ha habido siempre muy buenos cantaores dentro del flamenco, y lo más grande es que todos son diferentes y cada uno te aporta algo que no tiene el otro. Me gusta alimentarme de todo eso bueno que tiene cada uno y llevármelo a mi terreno, es como lo veo yo. Un cantaor tiene que tener su propia personalidad, no vale ser un imitador. Escucho a cantaores que me transmitan, Juan Talega, Antonio Mairena, Fosforito, Chocolate, José Menese, Miguel Vargas, Camarón de la Isla, Morente…

¿Cómo disfrutas más del flamenco, escuchando en un recital a uno de esos grandes cantaores o cuando te subes al escenario?

Con el corazón en la mano, cuando yo estoy cantando y me encuentro a mí mismo, como eso no hay nada comparable. En ese momento yo estoy en otro mundo. Aunque he vivido grandes momentos también escuchando a grandes artistas.

¿Qué es el flamenco?

Es mi forma de vivir, de expresarme día a día, creo que Manuel Castulo no se puede concebir sin cantar flamenco. Me paso dos o tres días sin cantar o ensayar y me falta el aliento. Es algo que me ha cautivado de tal manera que forma parte de mi ser, y así es como lo vivo y como trato de expresarlo.

Muchas gracias Manuel ha sido un placer hablar contigo, nos vemos en Zamora.

Muchas gracias a vosotros.

Entrevista realizada por Estefanía Regalado para Foro Flamenco Zamora